La economía de España medró en dos mil veintidos un robusto cinco con cinco%, mas el buen comportamiento de una cantidad macroeconómica como el PIB no siempre y en toda circunstancia se filtra a otras capas de la actividad, y muchas empresa prosiguen viéndose obligadas a parar de prestar sus servicios o remodelarse para continuar subsistiendo. Eso implica su entrada en concurso de acreedores. Según el Colegio General de Economistas, el número de insolvencias de las compañías aumentó un veintiseis% en dos mil veintidos, pasando de siete mil doscientos sesenta y cinco en dos mil veintiuno a nueve mil ciento ochenta y nueve en el ejercicio precedente, el último del que hay datos. Esto es, una de cada trescientos setenta empresas se vio perjudicada por un proceso de esta clase.

El documento advierte asimismo del notable incremento del número de concursos de acreedores de personas físicas y autónomos. Se han aumentado un ciento once con treinta y ocho% en el tercer trimestre de dos mil veintitres respecto al mismo periodo del ejercicio precedente. En este complejo escenario hay una excepción: las insolvencias de sociedades cayeron un tres con dos%. Si solo se equiparan las cantidades de los últimos 3 meses del año con exactamente el mismo periodo de dos mil diecinueve, el año anterior a la pandemia, el incremento para las personas naturales sumados a los autónomos fue del trescientos veintiocho con quince% y de un ocho con sesenta y ocho% en sociedades.

España está por encima de los niveles precedentes a la pandemia, y el futuro más próximo no pinta mucho mejor. El Atlas Concursal dos mil veintitres recoge un desarrollo del veinte% en el número de insolvencias entre dos mil diecinueve y dos mil veintitres, y del cincuenta y cuatro% a cierre del próximo año, lo que de generarse significaría un empeoramiento de la situación.

De enero a octubre del año en curso, los planes de reestructuración, vía que toman los empresarios a fin de que prosiga subsistiendo la compañía, se han dado eminentemente en pequeñas y medianas empresas. Se han aprobado trescientos cuatro, de los que prácticamente el ochenta y cinco% son de micropymes y pequeñas empresas. En el lado positivo, pequeñas empresas han experimentado una notable minoración de los concursos de acreedores, pasando del treinta y seis% de incremento en el año dos mil cinco al siete con cinco% en dos mil veintidos. La tendencia asimismo se refleja en medianas y grandes empresas, que han pasado del catorce% al 1% de incremento.

Por campos, el campo económico con un mayor número de insolvencias es el del comercio (con un total de mil ciento noventa y siete de concursos); seguidamente, se halla los servicios profesionales (que baja al segundo puesto con ochocientos cincuenta y nueve); cerrando el ranking se halla la industria con ochocientos treinta y siete. Cierra esta clasificación el campo de la industria y energía (con seiscientos setenta y seis insolvencias), y finalmente la hostelería con quinientos ochenta y ocho concurso de acreedores.

La situación de España en comparación con otros países europeos no es preocupante, mas sí que ha sido el país en el que más ha aumentado el número de concursos de acreedores en empresas desde dos mil diecinueve a dos mil veintidos, un 53,09% y solo bajo Reino Unido donde ha crecido prácticamente un setenta y cinco%.

En términos absolutos, España refleja que en el año pasado un número de empresas inferior al resto de países —5.248, en frente de los cuarenta y dos y quinientos de Francia o a los catorce.700 de Alemania— . El documento apunta que con respecto a dos mil diecinueve, España prevé un desarrollo del veinte% al cierre del dos mil veintitres y del treinta y siete% para dos mil veinticinco.

Por comunidades autónomas

En cuanto a la distribución territorial de los concursos, a pesar de la moratoria, las comunidades autónomas presentan un mayor incremento en dos mil veintidos con respecto al ejercicio precedente. Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana y Andalucía (entre las 4 cuentan con seis mil ochocientos cuarenta y cuatro concursos en dos mil veintidos) concentran el setenta y cuatro% del total del país (nueve mil ciento ochenta y nueve). Desde el Colegio de Economistas aseveran que hay que mirar con una lupa estos datos por el hecho de que urbes como Sevilla o Málaga, debido a su peso en la zona, tienen considerablemente más compañías insolventes que Jaén.

Además, Cataluña asimismo lidera la clasificación en lo que se refiere a la comunidad autónoma que más concursos se generaron con relación a el número de empresas (un cero con cuarenta y siete%). Seguido por la Comunidad Valenciana, con un cero con treinta y dos%; y Madrid con un cero con treinta y uno%. Por otro lado, las zonas con menor porcentaje de concursos con relación al número de empresas son La Rioja, con un cero con diez%; Extremadura, con un cero con siete%; y Ceuta y Melilla, con un cero con cinco%.

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