“La inteligencia artificial sería el programa al que, metiéndole un poquito de información, es capaz de encontrar la respuesta que tú estás buscando”. Así definía uno de los participantes en el primer estudio sobre percepción social de la inteligencia artificial (IA) efectuado en España lo que es esta tecnología. La definición que hace Wikipedia de IA no se semeja mucho a la idea de este participante: “Es una disciplina y un conjunto de capacidades cognoscitivas e intelectuales expresadas por sistemas informáticos o combinaciones de algoritmos cuyo propósito es la creación de máquinas que imiten la inteligencia humana para realizar tareas, y que pueden mejorar conforme recopilan información”. Quizá la una gran diferencia entre la opinión del partícipe en la encuesta y la realidad es que la IA no requiere “un poquito de información” sino más bien al revés, precisa cantidades ingentes de ella.

Investigadores de la Universidad de Salamanca han efectuado este primer estudio de percepción social de la inteligencia artificial en España. La investigación ha consistido en una encuesta a la que han contestado seiscientos ochenta y cuatro personas de todas y cada una de las comunidades autónomas, y en la realización de conjuntos de discusión divididos por edades. El resultado más atractivo es el interés y la extensa aceptación de esta tecnología entre los españoles. Un cuarenta y cuatro con ochenta y uno% de los que respondieron mostraban interés por la inteligencia artificial, y un veintinueve con veinticuatro%, mucho interés. Y un ochenta y cinco con seis% piensa que la IA tiene un efecto positivo en la sociedad. Es esencial en el momento de valorar estos resultados comprender el contexto en el que se ha efectuado la investigación: “Tanto la encuesta como los grupos de discusión se hicieron después de la explosión de popularidad de ChatTPG”, explica Carlos Arcila Calderón, estudioso primordial del estudio. “En los grupos [de discusión] hemos visto que las opiniones han cambiado después de la irrupción del ChatGPT porque la gente ha descubierto la aplicación práctica de la inteligencia artificial en su día a día”, explica Patricia Sánchez Holgado, asimismo estudiosa del conjunto que ha efectuado el trabajo. “Han visto que ahí pueden tener un chollazo, ahora aprecian el rendimiento que le pueden sacar a esta herramienta”, agrega.

Esa coincidencia en el tiempo con la llegada de ChatGPT puede ser la causa de que las contestaciones en este trabajo se distancien de otras anteriores efectuadas en encuestas nacionales sobre percepción social de la ciencia y la tecnología que asimismo interrogaban sobre la inteligencia artificial como la efectuada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) en dos mil veintidos. En esta última, el treinta y cuatro con cinco% de las personas encuestadas pensaba que la inteligencia artificial tiene muchos o bastantes peligros frente al veintisiete con ocho% que pensaba que no tiene peligros o estos son bajísimos, al tiempo que en la encuesta efectuada por el conjunto de la Universidad de Salamanca solo el diez con cincuenta y uno% piensa que los perjuicios son mayores en frente de un cuarenta y uno con catorce%% que opina lo opuesto. En opinión de Carlos Arcila Calderón, “la explicación a esa divergencia en los resultados puede estar en que en la encuesta de Fecyt se identificaba mucho la inteligencia artificial con la robótica y está despierta en general recelos porque se asocia a la pérdida de puestos de trabajo”.

No semejan haber impactado mucho en la opinión de las personas que han participado en el estudio de la Universidad de Salamanca las llamadas de alarma que han mandado los primordiales responsables de las mayores empresas tecnológicas sobre los peligros de la inteligencia artificial y que se han sucedido desde el mes pasado de marzo. Aunque el trabajo sí muestra asimismo las primordiales preocupaciones de la ciudadanía sobre esta tecnología: por su posible implicación en la pérdida de puestos laborales, por el mal uso que las personas puedan hacer de ella, por de qué forma puede afectar a la privacidad digital y a la piratería y por la posible aparición de cortes de género, raciales o sobre puntos de vista políticos.

Unido al gran interés que lúcida la inteligencia artificial entre la ciudadanía de España, el otro resultado que los estudiosos resaltan sobre su trabajo es la falta de conocimiento que muestra la sociedad sobre esta tecnología: “Se conoce el término, la gente lo maneja usualmente y en la mayoría de los casos cree entender de lo que está hablando”, asegura Carlos Arcila Calderón, “pero cuando vamos a la parte más de aplicación, sobre todo a la dedicada a los sesgos que es donde se encuentran en la actualidad la mayor parte de los riesgos, vemos que no hay una comprensión real de lo que es la inteligencia artificial. Nuestra opinión como expertos es que entre la ciudadanía hay una percepción de la comprensión más alta de la que realmente existe”, explica.

El estudio de la Universidad de Salamanca sobre IA se hace público en plena discusión de la nueva legislación sobre esta materia que ha planteado la Unión Europea. La estudiosa en inteligencia artificial Isabelle Hupont, asesora de la Comisión Europea en este tema y que no ha participado en la investigación, apunta que los resultados del trabajo del conjunto de la Universidad de Salamanca son muy positivos: “Este estudio me parece maravilloso. Me han sorprendido para bien sus resultados porque no esperaba tanta aceptación en España”. Explica Hupont que la aceptación de social de la IA va por países y culturas: “Ha habido estudios similares en otros países y lo que se observa es que la aceptación de la IA es cultural y depende de muchos factores. Algunos de estos factores son históricos. Si por ejemplo se pregunta en un país en el que acaba de haber un atentado terrorista, y la ciudadanía ve que los programas de IA pueden servir para recopilar información, la gente está más abierta hacia esta tecnología”.

Hupont agrega que piensa que en España “se está haciendo un esfuerzo importante por hablar de la IA, de sus riesgos pero también de sus beneficios, y que la gente está más informada que en otros países”. En lo que condicen tanto Isabelle Hupont como los estudiosos de la Universidad de Salamanca es en la necesidad de legislar: “Mi opinión es que claramente hay que legislar la inteligencia artificial”, explica Hupont. “Europa va a ser la primera en sacar una ley para regular esta tecnología. Todavía no está en vigor, en este momento estamos en fase de propuestas negociándose entre los 27 estados miembros”, agrega. Sánchez Holgado, asimismo está conforme con que hay que establecer leyes que regulen esta tecnología mas advierte: “Esas leyes tienen que proteger a la ciudadanía, pero es imprescindible que no le pongan palos en las ruedas al desarrollo de la tecnología”.